El proceso de desarrollo personal y social está directamente vinculado e interdependiente con el aumento gradual de la autodeterminación y la autonomía. Es a través de la autodeterminación y las posibilidades de actuar de manera autónoma que el desarrollo personal y social se prueba y confirma en la práctica. Sin autodeterminación y autonomía, nunca podrá «probar sus alas y comenzar a volar».
Por diversas razones, los jóvenes suelen tener un acceso limitado a sus derechos. Por lo tanto, es una tarea crucial para el trabajo en el ámbito de la juventud sensibilizar a los jóvenes y permitirles ejercer sus derechos. Esto al mismo tiempo dejará claro que los jóvenes son ciudadanos plenamente dignos (no «para convertirse» o condicionados) para ser respetados por lo que son y no estar en deuda con la sociedad por los servicios ofrecidos.