Una parte importante del aprendizaje que tiene lugar dentro del trabajo en el ámbito de la juventud está relacionada con las habilidades organizativas, como la capacidad de cooperar, asumir responsabilidades y resolver conflictos. Esta es la razón por la que el trabajo juvenil no se trata de organizar a los jóvenes, sino de apoyarlos para que se autoorganicen. La capacidad de autoorganizarse también es importante para ganar autonomía y promoverla también es vital para desarrollar y mantener una sociedad civil fuerte.