La participación es impulsada y llevada a cabo por el compromiso y la voluntad de los jóvenes de asumir la responsabilidad. Para algunos jóvenes esto es algo natural, para otros no. Algunos aún no han encontrado nada que despierte su compromiso, otros sienten que no encajan en los contextos en los que se ejecutan sus intereses, pero otros no tienen la confianza en sí mismos para dar el primer paso. Muchos de ellos son los que más necesitan trabajo juvenil y tienen más para beneficiarse de él, pero si no se hace nada, no participarán. Esta es la razón por la cual la juventud trabaja la capacidad de estimular y apoyar a los jóvenes es crucial.
El trabajo en el ámbito de la juventud debe estimularse mostrando nuevas posibilidades y desafiando constructivamente a los jóvenes y ampliando sus horizontes con respecto a lo que pueden hacer y lograr.
Apoyar puede significar ayudar a los jóvenes a adquirir los conocimientos y las capacidades que necesitan para llevar a cabo actividades que respondan a sus intereses o que sientan que necesitan para desarrollarse. El apoyo también puede significar ayudar a los jóvenes a tener acceso a las instalaciones, el equipo o los contactos necesarios para llevar a cabo actividades de trabajo juvenil o para hacer oír su voz.
Sin embargo, es importante recordar que el apoyo siempre debe guiarse por el objetivo general del trabajo en el ámbito de la juventud de contribuir al aprendizaje y al desarrollo personal de los jóvenes, por lo que no deben hacer cosas por los jóvenes que les vayan mejor si pueden hacerlo por sí mismos. Los jóvenes «acorralados» no apoyarán ni el desarrollo personal ni la autonomía. Cuando las actividades se basan en el compromiso activo y la responsabilidad de los jóvenes y requieren de ellos, es cuando más contribuirán, tanto a los propios jóvenes como a la sociedad.