Para estar basado en el conocimiento, el desarrollo de políticas debe partir de una imagen clara y comúnmente entendida de la situación actual. Para lograrlo, deben existir procedimientos claros y bien establecidos para analizar y tener en cuenta el seguimiento y la evaluación de las condiciones previas, los procesos de trabajo y los resultados locales.
A partir de este análisis y con el fin de poder tomar las medidas pertinentes, todas las partes interesadas también deben estar bien informadas, debatir y considerar:
- La situación de vida y las necesidades de todos los diferentes grupos de jóvenes interesados.
- Las diferentes formas y métodos de trabajo en el ámbito de la juventud que pueden utilizarse para alcanzar objetivos y metas.
- Investigación y nuevas tendencias en el ámbito de la juventud y el trabajo en el ámbito de la juventud.
Sin este conocimiento, la política corre el riesgo de estar formada por opiniones puramente personales y, ya no válidas, presunciones.